Creía que era mi obligación ladrar para avisar cada vez que tocaban el timbre y entraban o salían vecinos del bloque. Ahora me espero en la camita jugando a que vengan, es mucho más relajante.

  • Raza: Jack Russel
  • Edad: Un años
  • Problemas: Ladrido constante, inseguridad, comer mantas.
  • Soluciones: 100% refuerzo positivo por autocontrol, órdenes básicas

Bayron ladraba casi a cualquier ruido, su nerviosismo combinado con su inseguridad e impaciencia le impulsaba a alertar a toda la manada.
Tan sólo con refuerzos positivos y una implicación admirable de la familia en la educación del perro, ha evolucionado hasta el punto de poder disfrutar de un desayuno en la calle sin dar ni un ruido.

Y lo más importante, Bayron ahora está mucho más relajado en casa.